sábado, 22 de noviembre de 2014

YO Y ELLA, ELLA O YO

La primera vez que la vi ella estaba sentada en el piso con sus piernas cruzadas y sus ojos fijos en mi, estaba distante sentada frente al espejo, ese que siempre me ha causado tanto terror mirar.
 La vi por el rabillo del ojo,  intentando esquivarla, al mirarla de fijo fue ella quien me esquivó, corrió en dirección contraria y pasaron muchos años sin verla de nuevo.
 Este encuentro fue tan fuerte para mi, que pase días aterrada por el hecho. 
Años mas tarde nos encontramos de nuevo, esta vez se acercó a mi y me susurró una historia aterradora, eso  me permitió entender como era su naturaleza.
 Me alejé, sintiendo tanta curiosidad, ella era un ser especialmente macabro, y jamás creí que eso me atrajera tanto.
 Y entonces la oí en rumores de mis amigos, que yo misma confirme, su existencia me daba pánico y curiosidad a la vez, era innegable e imposible al mismo tiempo. 
Por lo que decidí que cuando la encontrara le pedirla que me dejara conocerla, así hice y se quedó conmigo, tantos han despreciado este hecho y me han tachado de loca por permitirle estar tan cerca de mi pero sucede que siempre lo estuvo, y que no pude negarla mas. 
En el momento en que acepte que me tomara la mano, me sentí completa y tranquila por primera vez, ese ser espantoso me hizo sentir que estábamos juntas contra el mundo, y que eso estaba bien.
Me hice su amiga, la conocí, la aleje, la acerque, la odie y la ame. 
Ahora soy yo quien se desprecia por aceptarla, por que he descubierto que lo que estoy pasando no tiene otro nombre ademas de locura, locura que encuentra el creccendo cuando llega la noche, locura que niego y oculto en la luz.
Cada noche alargo el día, para no tener que verla, para olvidarle.
Pero es imposible la noche llega siempre, ella me abraza y entonces puedo dormir de nuevo.
Sé que en la mañana no estará, y que durante el día vendrá a buscarme entre las sombras de los arboles.
Me tomará de la mano cuando menos lo espere, me sacará suspiros y gritos de terror.
 Pero que puedo hacer quiero tenerla cerca, aún que se que su sangre me secara la garganta, sé que me envenena, y parece que eso deseo de ella.

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